miércoles, 16 de noviembre de 2011

La calma o la tormenta.

Despierto del vacío,
todo es tan glorioso
si nada parece imposible,
en tu boca.

Doy giros en espiral,
descubro corazones huecos
y la belleza al final,
es nada.

Tan delicadamente suave
lo que sos, me entrego.
Y toco las estrellas con
el pulgar.

Te siento un espectro
y abrazo a tus dedos,
los fríos delirios rozando
mi pelo.

Traspaso tu tibia piel,
enredo mis venas.
Me enveneno de placer,
es el cielo (o el suelo).

Giro placidamente y neutral,
encuentro corazones huecos
y la belleza al final,
es nada.

Tan delicadamente suave
lo que sos, me entrego.
Y toco las estrellas con
el pulgar.

Me enveneno de placer,
es el cielo (o el suelo).

Me envuelve y se lamenta,
es la calma (o la tormenta)...

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